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ACTIVIDAD NUMERO 8 : ESCRIBAMOS CUENTOS

12 Agosto 2015 , Escrito por Oscar Hernán Henao Giraldo

ACTIVIDAD NUMERO 8 : ESCRIBAMOS CUENTOS

En la actividad numero 7, los estudiantes habían seleccionado un párrafo del texto poético "canto a mi vereda".

Pues bien, cada estudiante selecciono de su párrafo una palabra; palabras que se convirtieron en la ruta para que los estudiantes comenzaran la creación de un cuento.

Las palabras que fueron seleccionadas por los estudiantes fueron: campesino,pesebre, mirla,guayacán y maíz.

A continuación se publican las creaciones de estos pequeños escritores:

La lección del campesino

Había una vez un campesino llamado Édison; ese campesino sembraba muchos cultivos entre ellos el maíz; un día después de que Edison recogió una muy buena cosecha, el decidió que sería bueno empezar a decorar su casa.

En ese momento en que se terminó la cosecha, Edison sabía que en la finca de la vecina había un palo de guayacán; entonces se dirigió a aquel lugar para decirle a la vecina que si le iba a dar un copito del árbol para sembrarlo en el patio de su casa, a lo cual la vecina acepto.

Edison se fue muy contento con su copito de árbol de Guayacán para su casa y al llegar inmediatamente se fue a sembrarlo y a los quince días creció un árbol de guayacán muy lindo.

Pasaron los días y llego diciembre, y Edison se dijo: “voy a hacer un pesebre para cuando el niño Dios naciera” y en ese mismo momento Edison escucho una mirlita que estada cantando al lado de su casa.

Esa mirlita está muy linda; “yo la quiero coger para mí “dijo Edison, pero se escuchó la voz de su madre que le decía que no la fuera coger porque, era un ser vivo que merecía estar libre y vivir.

En ese momento Edison sintió gran tristeza, por no poder tener aquel hermoso pájaro; pero al pasar de los días, su tristeza se convirtió en alegría, con la llegada de la navidad, y el nacimiento del niño Dios.

En ese momento Edison se dio cuenta que Dios es muy bueno con los seres humanos porque nos dio la naturaleza para cuidarla y protegerla.

Autora:

Yesenia Monsalve zapata

EL CAMPESINO SOÑADOR

Había una vez un campesino llamado Rafael, que vivía en una finca que quedaba muy aislada del pueblo.

Este campesino soñaba todos los días con ver su finca crecer y producir muchos cultivos de maíz, frijol y numerosas hortalizas.

También soñaba con verla con mucha vegetación para poder conservar sus aguas; así que este humilde campesino empezó a sembrar árboles como: guayacanes, quiebrabarrigos y guaduas.

En cuanto a tierras todo estaba bajo control y de animales ni que decir; tenía tantos y de diferentes especies que podría formar un pesebre real; este lugar llego a ser tan agradable que las aves llegaban a vivir allí por su propia cuenta.

Las mirlas, los sinsontes y las gaviotas eran solo algunas de las aves que también hacían parte de este maravilloso lugar, que ya no era un sueño sino una hermosa realidad.

Autor:

Juan Andrés Rodríguez Zapata

Buena raza y su familia

Era una vez un campesino que se llamaba Jesús pero sus amigos le decían buena raza, sobrenombre que a él le gustaba mucho.

Tenía una familia que estaba conformado por tres Personas: su esposa, su hijo que se llamaba Montecristo y él.

Su hijo Montecristo tenía un cultivo de maíz, y los dos trabajaban en dicho cultivo, a veces llegaban muy tristes a la casa porque plagas como la ardilla y la mirla cada día acababan más con su cultivo.

La mamá que se llamaba dolores y sabía mucho de ese tipo de especies les dijo que para que la ardilla y la mirla no se comieran más el maíz, que comenzaran a cazaras para que así, a esos animalitos les diera miedo; además les propuso que colocaran en la mitad del sembrado un espantapájaros.

Así lo hicieron, logrando que ni la ardilla, ni la mirla volvieran. La familia de buena raza cogieron entonces todo el maíz, lo vendieron y este les dio muy buenas ganancias, esta plata les sirvió para los estrenes de fin de año.

Ya que había comenzado la navidad, Montecristo se ingenió una idea muy buena para hacer un hermoso pesebre y decorar un árbol de navidad, que en su casa no se llamaría arbolito de navidad, sino más bien Guayacán de navidad; porque en el patio de su casa había un hermoso árbol de Guayacán, que Montecristo quería aprovechar.

Lo decoraron con una estrella en el copo y quedo hermoso.

Para buena raza, su esposa dolores, y su hijo Montecristo, fue la mejor navidad de toda su vida, y a partir de ese momento fue una familia muy unida y todos vivieron muy felices.

Autor:

Argenis Sepúlveda zapata

UN CAMPESINO Y SU GRAN AMIGA LA MIRLA

Había una vez un campesino que se dedicaba a las labores del campo y en sus cultivos crecían musgos para hacer los pesebres en la navidad

En la finca del campesino estaba un hermoso guayacán, donde todos los días se posaba una hermosa mirla, que cantaba y con su melodía adornaba el paisaje.

Pero un día pasaba por allí un niño que se llamaba Carlos, el cual cogió una piedra y la tiro a la mirla para pegarle.

Y la mirla se voló a otro árbol a cantar y a comer; buscando allí estar más tranquila.

Sin embargo el campesino, comenzó a extrañar el canto de aquella ave; y sin dudarlo decidió empezar a buscarla por toda la región.

Busco por montes, por casas y por caminos, por todo lado busco.

Y en algún momento escucho su canto, y se dio cuenta que aquel animal, ya tenía su casa en la cima del copo de un árbol frondoso que estaba en la mitad del bosque.

La mirla tenia allí tres hermosos pichones, que cantaban hermosas melodías; el campesino regreso a su casa con un sabor agridulce, pues su amiga había encontrado la felicidad, y lo más probable ya no la seguiría viendo como de costumbre todas las mañanas.

Pero ¿Quieres que te cuente?

Después de unas semanas de aquel encuentro entre el campesino y la mirla, el ave comenzó a visitar la finca del campesino, con sus hermosos pichones, y todos los días entonan cantos celestiales que hablan de las maravillas de Dios.

El niño Carlos ya no volvió a matar los pájaros del bosque por qué ha aprendido a cuidar la naturaleza.

Autor:

David Steven Morales Vanegas

El campesino y el palo de Guayacán

Cuenta la historia que hubo una vez un árbol muy hermoso que estaba a la orilla de un camino y una ave muy linda estaba posada allí; cuando un campesino, iba pasando por aquel lugar, al ver este árbol se dijo: que árbol tan extraño y que linda ave, debe ser una mirlita.

Cuando se marchó de aquel lugar se fue, pensando en aquel árbol.

Voy a contarles a los demás lo que me descubrí, pensaba entre sí; y mientras caminaba encontró a unos campesinos que estaban, sembrando maíz.

Aquel relato, despertó la curiosidad en aquellos campesinos, y fueron todos al lugar donde estaba el árbol y el ave y dijeron todos, ¿cómo llamamos el árbol? uno dijo: lo podemos llamar ramili, otro campesino dijo: qué tal si lo llamamos guayacán y todos estuvieron de acuerdo porque les pareció un nombre muy bonito

Al llegar Diciembre todos hicieron un pesebre en aquel lugar y lo adornaron con casitas y bombillos.

Y fue así como nació el nombre para el árbol que hasta hoy, todavía seguimos llamando Guayacán.

Autora:

Daniela Morales Londoño

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O
La creación de composiciones escritas es un ejercicio complejo pero no imposible de hacer.Dentro de esta actividad los estudiantes generaron ideas, imaginaron situaciones, plantearon ambientes para finalmente crear sus propios escritos.
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L
Es una excelente idea de motivar y mejorar la lecto-escritura y la creatividad por medio de la realización de cuentos.
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